Blefaroplastía

Se designa blefaroplastia a la cirugía estética de los párpados destinada a suprimir aquellos defectos hereditarios o cambios consecuentes al envejecimiento.
Se trata de una de las intervenciones más comunes en esta especialidad y debe ser practicada por un cirujano competente y entrenado, quien sabrá tomar la suficiente cautela para proteger los elementos nobles presentes en esta región facial.

Esta intervención puede interesar a los párpados superiores, párpados inferiores o a los cuatro parpados a la vez.

Una blefaroplastia puede ser realizada aisladamente o asociarse a otra cirugía estética del rostro (lifting frontal, lifting temporal, lifting cervicofacial), o a un procedimiento médico-quirúrgico (peeling, dermo-abrasión). Estos actos pueden ser realizados en el curso de la misma intervención o en un segundo tiempo operatorio.

La blefaroplastia tiene como objetivo corregir los signos del envejecimiento localizados en la región palpebral, reemplazando el “aspecto fatigado” de la mirada por una apariencia más descansada y relajada. Esto genera una apreciable apariencia de rejuvenecimiento en esta zona corporal.

Observación

La presente información está inspirada en documentos elaborados por la Sociedad Francesa de Cirugía Plástica, Reconstructiva y Estética y la Sociedad Paraguaya de Cirugía Plástica, Reconstructiva y Estética.

Aquí usted encontrará los datos necesarios sobre esta intervención quirúrgica. Esto es sumamente importante para una toma de decisión con perfecto conocimiento del caso.

La práctica de la Medicina y Cirugía no es una ciencia exacta. En la gran mayoría de los casos se obtienen buenos resultados, sin embargo, como en toda intervención quirúrgica, pueden aparecer inconvenientes inesperados. Esta situación puede producirse sea cual fuere el tipo de cirugía, estética o reconstructiva, y sea cual fuere el cirujano elegido.

Le aconsejamos una lectura completa y detallada y una reflexión profunda y sin apuros antes de tomar alguna decisión.

Definición, Objetivos, Conceptos

Se designa blefaroplastia a la cirugía estética de los párpados destinada a suprimir aquellos defectos hereditarios o cambios consecuentes al envejecimiento natural.
Esta puede interesar a los párpados superiores, párpados inferiores o a los cuatro parpados a la vez.

La blefaroplastia puede ser realizada aisladamente o asociarse a otra cirugía estética del rostro (lifting frontal, lifting temporal, lifting cervicofacial), o a un procedimiento médico-quirúrgico (peeling, dermo-abrasión). Estos actos pueden ser realizados en el curso de la misma intervención o en un segundo tiempo operatorio.

La blefaroplastia tiene como objetivo corregir los signos del envejecimiento (que se encuentran a nivel de los párpados) y de reemplazar el aspecto de “fatiga” de la mirada por una apariencia más descansada y relajada.

Los defectos palpebrales más comunes son los siguientes:

– Párpados superiores pesados y caídos, con un exceso de piel y un pliegue más o menos marcado.
– Párpados inferiores caídos, redundantes, con pequeñas estrías horizontales consecutivas a una distención cutánea.
– Hernias de grasa, responsables de “bolsas” a nivel de los párpados.

La cirugía tiende a corregir estos defectos de manera duradera, suprimiendo quirúrgicamente los excesos cutáneos y musculares así como las protrusiones grasosas, y esto, por supuesto, preservando las funciones esenciales de los párpados.

Es de notar que otras alteraciones pueden estar presentes, pero cuyo tratamiento es posible únicamente utilizando técnicas más complejas que una simple blefaroplastia clásica, o recurriendo a procedimientos quirúrgicos complementarios. Por ejemplo la simple blefaroplastia no soluciona la caída de la frente, cejas caídas, arrugas frontales entre las cejas, las patas de gallo en la porción externa de las órbitas, así como pequeñas imperfecciones cutáneas (cicatrices, manchas, etc.). La blefaroplastia modifica muy poco las ojeras que usualmente son rasgos individuales o familiares.

La blefaroplastia no transformará totalmente el aspecto del rostro a un patrón ideal, ni podrá cambiar el trato que la gente tiene hacia usted, pero puede mejorar la apariencia y confianza en usted mismo.

La cirugía, tanto en la mujer como en el hombre, está indicada con frecuencia en pacientes con 40 años de edad o más. Sin embargo a veces está destinada a personas más jóvenes, cuando los defectos son constitucionales (factores hereditarios) y no ligados a la edad como es el caso de ciertas “bolsas grasosas”.
Los mejores candidatos para la cirugía del párpado son aquellas personas físicamente saludables, psicológicamente estables y con ideas realistas en sus expectativas.

Antes de la Cirugía

Un interrogatorio completo seguido de un examen clínico será realizado por el cirujano buscando anomalías que pudieran complicar la cirugía, o contraindicarla.

Asegúrese de informarle a su cirujano si usted es alérgico, proveer informaciones relevantes de su oftalmólogo o los resultados de su examen de vista más reciente, si usted corrige su vista con el uso de gafas o lentes de contacto. Dialogue con su cirujano sobre sus metas y expectativas de esta cirugía.

Un examen oftalmológico complementario y especializado será frecuentemente solicitado con el objetivo de descartar una eventual enfermedad ocular que pudiera poner en riesgo los resultados de esta intervención.

Los análisis preoperatorios deben ser realizados conforme a los protocolos quirúrgicos.

Una evaluación clínica preoperatoria es imperativa.

Ningún medicamento que contenga salicilatos como la aspirina debe ser ingerido al menos durante los 10 días que preceden a la cirugía.

Así también se sugiere detener el consumo de tabaco.

Según el tipo de anestesia, se le puede solicitar estar en ayunas (comida y bebida) 6 horas antes de la intervención.

Anestesia e Internación

Tres procedimientos son posibles:

– Anestesia local pura: el producto anestésico es inyectado localmente para asegurar una “sensibilidad no dolorosa” de los párpados.

– Anestesia local asociada a tranquilizantes administrados por vía endovenosa (sedación).

– Anestesia general, durante la cual el paciente duerme completamente.

Generalmente la intervención se realiza en forma ambulatoria (internación y alta el mismo día de la cirugía), permitiendo el retorno domiciliario del paciente luego de algunas horas de observación durante el postoperatorio.

Sin embargo, a veces se prefiere una corta hospitalización. En estos casos el paciente entra en la mañana (o la noche antes de la cirugía) y sale de alta al día siguiente.

La Cirugía

Cada cirujano adopta una técnica operatoria propia a la que él está acostumbrado o según la escuela en la cual se formó. Este realiza adaptaciones para cada caso en particular que permiten corregir los defectos y obtener los mejores resultados. De esta manera, es muy difícil sistematizar la intervención quirúrgica. Sin embargo, podemos citar algunos principios básicos de la cirugía:

La incisión cutánea en el párpado superior está camuflada en el surco palpebral superior.

La incisión cutánea en el párpado inferior se sitúa a 1 o 2 mm debajo de las pestañas, eventualmente con una prolongación hacia la parte externa del párpado.

El trazado de las incisiones corresponde a las futuras cicatrices que quedarán así escondidas en los pliegues naturales de la piel.

A través de estas incisiones, las bolsas de grasa son tratadas y el excedente de músculo y piel es extraído. En este paso varios gestos técnicos pueden ser realizados según cada caso.

Las suturas se realizan con hilos muy finos, generalmente no reabsorbibles, que deberán ser retirados luego de algunos días.

Dependiendo de cada cirujano, del número de párpados a tratar, de la amplitud de los gestos así como de cada técnica operatoria, la intervención puede durar una o dos horas.

El Post Operatorio

La blefaroplastia no produce mucho dolor. Sin embargo puede haber una sensación de tensión en los párpados, una ligera irritación de los ojos o algunos trastornos visuales.

Es imperativo reposar durante los primeros días, evitando al máximo cualquier esfuerzo.

El postoperatorio está esencialmente marcado por la aparición de edema (hinchazón) y de equimosis (moretón) de importancia y duración variable. Su cirujano le indicará que mantenga la cabeza elevada por varios días (evitando agacharse) y que utilice compresas frías para reducir la hinchazón y formación de moretones.

A veces se observa en los primeros días una imposibilidad para cerrar completamente los párpados o un ligero despegamiento del ángulo externo del ojo. No hay que inquietarse por estos signos, pues generalmente éstos son rápidamente reversibles.

Su cirujano puede recomendarle el uso de gotas oftálmicas, ya que sus ojos se sentirán un poco secos al principio y podrá sentir que sus ojos le arden o le dan comezón.

Los hilos se retiran entre el tercer y sexto día postoperatorios.

Los estigmas de la intervención se irán atenuando progresivamente, permitiendo el retorno a una vida socio-profesional normal luego de algunos días (6 a 20 días).

Las cicatrices pueden presentar un aspecto rosado durante las primeras semanas, pero el maquillaje será rápidamente autorizado (habitualmente a partir del día 7).

Una ligera induración de las zonas descoladas puede persistir durante algunos meses, pero ésta no será notada visualmente por el entorno.

Resultado

Es necesario esperar tres a seis meses para apreciar el resultado. Es el tiempo en que los tejidos se suavizan y las cicatrices presentan mejor aspecto.

La cirugía habrá permitido la corrección del relajamiento de la piel así como el tratamiento de las bolsas de grasa, mejorando así ese aspecto de vejez y fatiga en la mirada.

Los resultados son duraderos. La ablación de las bolsas grasosas son prácticamente definitivas, pues generalmente éstas no recidivan. La piel en cambio continúa su proceso de envejecimiento y la laxitud, a largo plazo, puede reproducir los pliegues de los párpados. Aun así, es raro requerir una nueva blefaroplastia antes de los 10 años subsiguientes.

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